lunes, 29 de septiembre de 2008

y conté una historia por cada butaca...

El viernes pasado fue la última función de HASTA QUE ME LLAMES.

En la locura de estos días, sabía - claro - que era la última.

Pero llegó la hora de cambiarse para ir al teatro.

Click.

El ritual de la partida (nudo en la garganta) La coral despedida de mis tías El taxi - fortunas - El mensajito a mami (nudo en la garganta) Repasar el texto en el largo camino hacia La Carbonera (nudo, largo, atándolo a lo Edgardo porque si lo desataba se inundaba el coche).

Y luego, la función. Querible y queridos (Lu, Gloria, Luisito...)

Saber que cada texto que uno está diciendo será la última vez, al menos por un tiempo. Sentí, cuando estaba finalizando la función, en plena escena, que el tiempo había pasado. Los veinte años de Ulises, las semanas desesperadas de Leocadia, los años de exilio interno de Ana. Fue un instante - esos instantes epifánicos y maravillosos - donde me senté a leer los últimos párrafos del texto y en verdad recordé esas vidas ajenas como propias. Habían pasado esos veinte años, esas semanas, ese exilio.

Escucharla a Ara con su voz atravesada por las lágrimas... Escucharnos a ambos llegar a ese Fin final escarbando en nuestras últimas fuerzas para poder pronunciarlo.

Gracias, Lea por ayudarme a viajar por los mares con tus azules resplandores.
Gracias, Lu por acompañarme y cuidarme tan amorosamente.
Gracias, Ana por estar siempre presente en cada palabra.

Gracias a mis tres ángeles guardianes: Ara, Martis, Stellss. Gracias, mis queridas, por creer en mí y... por el amor. No hubiese podido sin ustedes. Me han salvado - quizás sin saberlo del todo - de mis Polifemos internos que peleaban por no dejarme salir a escena.

El cariño,
la presencia sonriente,
el trabajo a corazón
de cada una de ustedes disipaba mis dolores silenciosos y permitía que yo pudiese estar de pie - con más o menos meniscos - para poder decir "Hasta que me llames, de Ana María Bovo."

2 comentarios:

Carolina dijo...

Siempre me emociona leerte. (Por pirata: siempre ando intentando piratear algo de tu generosidad como artista comprometido y sensible).
Y porque me importás...
Te sigo un poco... a la distancia...
Te mando un beso grande con abrazo y uno chiquito para la pata.
Cuidate y seguí generoso.
CaroCano.

ed! dijo...

mi querida, querida Caro.

mi alter-ego en La casa del campo. Caminabas por los pasillos de esa casa, despidiéndote de ella y allí estaba yo despiéndome de mi Santa Fe. Gracias por hacerlo, sin saberlo.

Gracis por confiar siempre en mí.
Gracias por tu cariño.
Gracias por seguirme, a la distancia.

te quiero mucho...