lunes, 29 de septiembre de 2008

noti-pata II

úúúúúúúltimo momento!

día de operación: jueves 9 de octubre

horario: 07 hs.

estado de ánimo: y bueh, que me operen no más...

y conté una historia por cada butaca...

El viernes pasado fue la última función de HASTA QUE ME LLAMES.

En la locura de estos días, sabía - claro - que era la última.

Pero llegó la hora de cambiarse para ir al teatro.

Click.

El ritual de la partida (nudo en la garganta) La coral despedida de mis tías El taxi - fortunas - El mensajito a mami (nudo en la garganta) Repasar el texto en el largo camino hacia La Carbonera (nudo, largo, atándolo a lo Edgardo porque si lo desataba se inundaba el coche).

Y luego, la función. Querible y queridos (Lu, Gloria, Luisito...)

Saber que cada texto que uno está diciendo será la última vez, al menos por un tiempo. Sentí, cuando estaba finalizando la función, en plena escena, que el tiempo había pasado. Los veinte años de Ulises, las semanas desesperadas de Leocadia, los años de exilio interno de Ana. Fue un instante - esos instantes epifánicos y maravillosos - donde me senté a leer los últimos párrafos del texto y en verdad recordé esas vidas ajenas como propias. Habían pasado esos veinte años, esas semanas, ese exilio.

Escucharla a Ara con su voz atravesada por las lágrimas... Escucharnos a ambos llegar a ese Fin final escarbando en nuestras últimas fuerzas para poder pronunciarlo.

Gracias, Lea por ayudarme a viajar por los mares con tus azules resplandores.
Gracias, Lu por acompañarme y cuidarme tan amorosamente.
Gracias, Ana por estar siempre presente en cada palabra.

Gracias a mis tres ángeles guardianes: Ara, Martis, Stellss. Gracias, mis queridas, por creer en mí y... por el amor. No hubiese podido sin ustedes. Me han salvado - quizás sin saberlo del todo - de mis Polifemos internos que peleaban por no dejarme salir a escena.

El cariño,
la presencia sonriente,
el trabajo a corazón
de cada una de ustedes disipaba mis dolores silenciosos y permitía que yo pudiese estar de pie - con más o menos meniscos - para poder decir "Hasta que me llames, de Ana María Bovo."

jueves, 25 de septiembre de 2008

miércoles de bi-ensayo

Como habré señalado medio desordenadamente en otros escritos, los miércoles hago doblete: ensayo Fedón y a continuación - pis, mate y pucho de por medio -, Otelo.

Fedón va y viene. Yo estaba de pie en la plaza pública: el mundo con sus llanuras y sus valles daban vueltas a mi alrededor como una rueda gigante... Así voy: por momentos estoy arriba, instantáneamente, volando con Fedón y sus astros. Otros, abaaaaaaaaaajo, abaaaaaaaaajo. O lejos, lejos. Fedón va y viene. Yo, voy y vengo con Fedón. Necesitaría plantarme en la tierra y que la rueda deje de girar.

Otelo enfrenta a Desdémona. O la tantea. El pañuelo desapareció. Para ella, es sólo una pérdida desesperada. Para él, la confirmación de la traición.

Estamos probando algo. Como todo es difícil. Recuerdo el día en que el fantasma de mis sueños era real y supe de su traición. Para aquellos que aman - dice Fedón - el tiempo deja de existir, puesto que los amantes se arrancan el corazón para dárselo a quienes aman. Algo me arrancaron aquel día de traición probada. Hubo un hueco real, palpable, existente desde la ya inexistencia de corazón alguno. No hay aire. No hay sangre. No hay.

Otelo, Desdémona, Yago y el pañuelo que ya no está. Pienso: Desdémona busca algo que todos sabemos dónde está. Allí, a un paso. En la carterita de Cassio. Yago lo sabe. Otelo, también, pero aún quiere no creer.

ah, Otelo y Desdémona, Stellss y July armaron un hermoso friso para la escena del cabaret.

bueno, estoy cansado de escribir. chau.

Otelo según Fernández según Dib

Me sorprendieron algunas cosas de este artículo que encontré por casualidad (un ejemplar de la revista en la que hay un artículo sobre La casa del campo... y oh!, hablaban también de Otelo: primera cósmica coincidencia)

Las apariencias engañan. Mujeres con discurso masculino.

Falsificación de la verdad: Yago "pone en escena" Otelo para contar su verdad. Si no, no existiría el teatro, dice Fernández. En la representación, existe Otelo.

Yago, escorpiano. Yo, escorpiano. Yo, dramaturgo, director, actor. Aparezco en los tres roles en nuestro Otelo.

Yago, agua, acción subterránea y pantonosa... en uno de los post anteriores lo definí como un océano negro y subterráneo.

Otelo, actor, leonino. Nuestro Otelo, una diva.

Otelo, en la luz. Yago, en las sombras. Una lámpara, Yago.

Yago en el Hades con los muertos. Yago en la cárcel conviviendo con los espectros. (ups... recién advierto: el espectro de Hamlet que pide venganza, los espectros de Yago que piden... ¡qué piden?)

Yago y su mente femenina... Bueh, no sólo una; cuatro mujeres para este crimen.

Otelo según Fernández

"En Otelo aparece por primera vez un tema del Renacimiento - el de que las apariencias engañan - y Shakespeare escribe toda una obra para probar eso.

(...) en Otelo es fundamental, es la falsificación de la verdad, la idea de que la verdad se puede copiar y que hay conductas que se pueden comprender o imitar, si no no existiría el teatro. Así aparece en la obra ese gran actor que es Yago, que sabe lo que es un amigo y actúa ese papel al punto de ser un falsificador de primera.

(...) Cuando uno observa que el comportamiento de Yago es el de un escorpiano típico, ve cómo se va desplegando en él esa cosa de la venganza, de sufrir un daño muy profundo ante una acción que para Otelo es absolutamente intrascendente, porque Otelo es un leonino. Y allí aparece (...) lo que llamaríamos el "mandala astrológico", en donde Leo (Otelo) y Escorpio (Yago) están en una cuadratura que genera una tensión muy particular.

(...) hay cosas que Otelo no puede ver, siendo un leonino busca brillar como un actor y por eso siempre va a comprar lo que está a la luz, no lo que está a la sombra. Mientras que Escorpio (Yago) es el dueño de la sombra, el guerrero conspirador, el estratega, es el que va a matar por sorpresa, el que va a destruir para que la vida sea posible. Además, Escorpio es un signo de agua y los signos de agua desarrollan un tipo de acción mucho más subterránea y pantanosa. Por otra parte, hay una serie de cuestiones que tienen que ver con el Hades, es decir el lugar donde residen los muertos, y ahí ya nos metemos de lleno en la mitología, porque la astrología es mitología.
Otro rasgo de Yago que me parece extraordinaria por parte de Shakespeare es haber metido una cabeza de mujer en un cuerpo de soldado. Él que es un hombre que viene de abajo y al que todos llaman "el honrado", seguramente porque lo ha sido, no se va vengar como un hombre, se va a vengar como una mujer y desde ahí va a enloquecer a Otelo. Por eso siempre se habla de la homosexualidad latente de Yago."

Fragmento de la entrevista realizada por Patricia Espinoza a Augusto Fernández.
"Si seguimos hablando de Shakespeare y de Chéjov es porque dijeron la verdad"
Revista Picadero - INT - nº 12

lunes, 22 de septiembre de 2008

este viernes 26...



la última espera.













GENTE DE TEATRO
Araceli Haberland / Edgardo Dib
HASTA QUE ME LLAMES
de Ana María Bovo

Dirección actoral: Stella Brandolín / E. Dib
Puesta en escena y Dirección gral.: Edgardo Dib
VIERNES 21 HS.
La Carbonera - Balcarce 998

domingo, 21 de septiembre de 2008

noti-pata

Mañana voy al médico para organizar mi operación: pre-quirúrgico y fecha.

Mañana empezamos a caminar hacia las luces, pero del quirófano.

Señor, aparta de mí este cáliz.

(o dame un cáliz con un buen vino pa' emborracharme y que esto pase rápido, qué tanto)

Yago en prisión

hay un océano negro.

debajo de las calles, de los apurones, de las luces; el agua corre silenciosamente.

siglos, años, días de espera.

el océano negro se agita o duerme.

los tormentos abrirán tus labios, le dijeron. Y el océano, convirtiéndose en un hilito de agua, se escurrió en su celda.

hace siglos años días que espera para inundar, para arrasar con su verdad.

duerme con sus sirenas feroces en el fondo, alertas.

el océano invadirá las calles, arrastrará los apurones, ahogará las luces.

por eso, espera.

por eso, tomorrow belongs to me...

la función del viernes

Hubo gente. Éso estuvo bueno.

No fue una función maravillosa, pero sí con oficio.

Estuvo Ruy y su pareja, Celeste. Me hace bien que haya gente querida de Santa Fe. Me hace bien que vayan a ver mis trabajos y verlos mientras estoy en escena. Más por lo que dice el texto.

Por otro lado, fue una función sorprendentemente extraña para Ara y para mí. Para Stella y Marta, fuera de escena, también. Estaba una persona muy importante para nosotros que nos sorprendió - y sí, nos angustió - con su indiferente energía. No voy a decir acá quién. Su rechazo como público nos hizo mal desde la escena. Ara y yo tuvimos que remar contra esa energía.

Esto también forma parte de nuestro arte. Actitudes de colegas y gente querida que nos enmudecen, nos paralizan, nos duele. Sucede aquí. Ha sucedido en Santa Fe. Esto también, insisto, forma parte del teatro y su ética. Ver a nuestros compañeros, actores, directores; ver sus trabajos y respetarlos es algo que también se aprende en el ejercicio teatral. Obviamente yo también me equivoco y me he equivocado al respecto. Pero, considero, creo, que nunca lo hice premeditadamente porque creo en ciertos códigos.

Esto también hace a la calidad del artista.

A veces, desde la escena, uno termina de conocer al otro.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Fedón... ¿estás ahí?

Ayer también tuve ensayo de "Fuegos"...

Fedón anduvo -rengo el pobre - en escena.

Traté de organizar el relato con algunas acciones que iban apareciendo y otras que iba recuperando de otros ensayos.

El iceberg que atropelló al Titanic era un volcán al lado de mi estado emocional en escena. Pero, bueh...

Lo positivo: que organicé - más mental que orgánicamente - algunas acciones y el devenir del texto.

Lo menos positivo (digo, para no hacerme el negativo): siento que lo que hice el primer día y este último ensayo es la misma cosa. Ups.

Fedón, ámame en cámara lenta (por plis)

posdata

ah

pobre, mi analista

soy un moro bruto

Quiero escribir sobre Otelo y las impresiones del ensayo de ayer.

(titila el cursor sobre la página en blanco)

Quiero escribir sobre Otelo.

(el teclado, desnudo)

Volvía en el cole con Julieta y mi cabeza estaba enrulada por fuera y más por dentro.

Rulos = debo volver a los orígenes dónde está Otelo dónde Shakespeare cómo llega el loco al final ¿el texto cuenta que él va enloqueciendo? ¿y la puesta? cuál es la diferencia entre mi Otelo y el original el cabaret se desvanece no sé cómo contar el final que es el final del original y no el del mío el mío tiene dos tres finales encima pa'peor quiero cagar más alto de lo que me da el culo la traición ¿cuento sobre la traición? ¿esto hace enloquecer a Otelo? a mi Otelo? qué hacer para que la tensión en escena sea verdadera o creíble o teatral no sale la escena de la fuga ¡la escena de la fuga! quién iba a pensar que dos escenas putísimas la del puerto y la fuga iban a traer tantas complicaciones ¿son imágenes? ¿mera descripción? ¿no hay conflicto? son imágenes resueltas con conflicto teatral, con acción dramática ups cuánto palabrerío dónde está Otelo dónde está Yago

y para colmo, mi analista dice ante mi desconcierto creativo: ¿es que estás contando algo que no te pertenece? ¡Cómo que no me pertenece? Desde el '97 -sí desde el '97 - que estoy con el deseo?, la idea? de hacer Otelo. Y de allí a acá, mutó. Mutó tanto que ahora son todas mujeres.

Habrá que volver a agarrar la punta del ovillo. O la punta del pañuelo.

¿En dónde soy Desdémona? ¿En dónde Cassio? ¿En donde Otelo? ¿Y Yago?

Estoy contando algo que me pertenece.

No sé desde dónde.

(esta noche trataré de trabajar en la oscuridad)

martes, 16 de septiembre de 2008

la curita

pienso que no puedo crear.

que hay algo que no es como antes.

leo que escribo que pienso, que no puedo, que crear, que hay algo, que antes...

pienso, hay algo: ¿eso no es crear?

si no puedo, si no se puede, entonces se crea.

antes, no debería importar.

estoy en un tembladeral, dijera Blanche.

sé que es necesario el tembladeral para pelear y luego construir.

escribo y trato de poner una curita a mi crisis.
(que pegue bien y cicatrice la herida)

dos últimas funciones



Araceli Haberland / Edgardo Dib
HASTA QUE ME LLAMES
de Ana María Bovo
Producción Ejecutiva: Marta Montero
Dirección actoral: Stella Brandolín - E. Dib
Puesta en escena y dirección gral.: Edgardo Dib
VIERNES 21 HS.
La Carbonera - Balcarce 998

sábado, 13 de septiembre de 2008

en la cruz de los días


a tientas
sin saber a dónde
respirando poco
doliendo mucho
pelando
luchando
durmiendo
estando

jueves, 11 de septiembre de 2008

la fiesta... ¿inolvidable? ¡¡irrepresentable!!

Anoche estuve horas con la escena de la mascarada en mi cabeza.

Compu y música a la madrugada.

Me sorprendí a mí mismo: el tema que elegí - por más que siga en la búsqueda y haya que probarlo - es sumamente significativo sin saberlo yo. Es un tema del grupo Rammstein que, como soy un ignorante en el género, no tenía ni registro del mismo. Hace unos meses atrás me pasé toooooodo un finde sentado en la compu buscando un color musical que me funcionase para la fiesta o para Otelo en general. Así, a ciegas, al tum-túm, encontré éste. Sentí que era el propicio.

Anoche, decía, investigando sobre la banda alemana y encontrando una traducción de la letra es increíble lo conectado que está con el espíritu del espectáculo y de la escena en particular. Las controversias que genera la banda respecto al nazismo.

Aparecieron imágenes, ideas, juegos, necesidad de investigación. Nada en concreto, pero bueh... antes había casi nada... ahora unas puntitas del ovillo. ¿Sabré desenredar la madeja y ponerla en escena?

Y pienso: la escena es una fiesta de máscaras. ¿Qué mayor mascarada que el teatro en sí mismo?

Estoy con algo que se me sale del cuerpo.

Tendré que tener paciencia.

Ya llegará la invitación al baile. La invitación a la escena.

Yo quiero.

Ich will.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

no crean que me venía olvidando:

ESTOY FATALLLLLLLLLLL DE LA PIERRRRRRRRRRNAAAAAAAAA

Fedón, en Élide

termino de escribir sobre Otelo y a renglón siguiente, paso a Fedón.

Hoy no hubo ensayo porque Margó estaba afiebrada.

Fedón se fue.

Sentí tenerlo cerquita, cerquita semanas atrás, pero ahora siento que se fue.

Como un globo, siento que se disparó al cielo y veo cómo se pierde de mi vista.

Me cuesta estudiar el texto. Me cuesta retenerlo.

Estaba en la piel y pareciera que la piel se vistió.

Sé que las cosas son así. Que en un proceso, hoy estamos con el personaje y mañana pareciera que se hubiera vuelto a su Élide de antaño.

Mañana tengo ensayo.

Miraré al cielo a ver si veo a mi globo pasar.

el ensayo de hoy y la locura de siempre

hoy fue un buen ensayo.

estuvo la Milusa Alarcón y le gustó mucho lo que vio. Me alegra, me tranquiliza y me da pilas.

Qué difícil querer contar lo que contamos.

A veces pienso o trato de condensar en palabras de qué se trata nuestro Otelo. Nuestro Otelo no es hombre. No es negro. No es un general. No es un moro bruto.

De qué hablamos entonces? Todo lo que le enfurece a Yago, lo que pone en palabras no existe. Es una mujer, es blanca, es una diva, no es bruta. Todo eso que le enfurece está en la cabeza de Yago? ¿Es lo que la gente dice de él aunque su imagen sea otra? ¿Hablamos de esto en la obra? O es sólo una mirada mía que no está presente en la puesta?

Nuestro Otelo es por momentos destestable. Por momentos es más destestable de lo que quisiera. Pero aparece así. ¿Estoy entonces justificando a Yago? ¿Le estoy dando la razón de que haya armado semejante maraña de mentiras y tretas para acabar con todos?

Nuestro Otelo, nuestra Desdémona, nuestro Cassio son un trío fastidiante. Soberbios, estúpidos, frívolos, viciosos, extremos. Un triángulo ciego de pasiones y de juegos sociales que cae en las redes de un psicótico. Pero este psicótico ve. Ciegos vs. vidente. Ver da poder? Sí. Ver la verdadera cara de estos infames vulnerables justifica pergeniar un crimen? ¿Justificamos la venganza, la furia, el odio? ¿A estos tres seres no hay que matarlos? Desdémona, demandante y ciclotímica. Otelo, soberbio y desiquilibrado. Cassio, estúpidamente insoportable. La intenligencia viene de la mano del mal?

Por otro lado, todo esto que escribo no sé si es lo que está en escena y, más aún, si es lo que ve el espectador. Escribo esto y pienso en el momento en que juegan a la mancha. Sí, con más razón debe estar para enmarcar y describir a ese trío infernal.

Tengo un bollo en la cabeza. Más avanzamos en el trabajo y más aflora la necesidad de hablar de la traición amorosa, pero de un amor de tres. El juego infantil para hablar de lo terrible y lo perverso.

Y Yago... Yago... ups... ¿soy yo?

lunes, 8 de septiembre de 2008

anoto para no olvidarme... Otelo

el cabaret dónde quedó?

las cuatro sentaditas en el catre, de frente.

taconeo militar. escucho un ruido... qué es? sigo...

miro al otro... hay algo que envidio... y sigo...

lili marlen... muñecotas vacío... frizo...

juego de palmadas Desdémona, Cassio

todas paradas arriba del catre

y no sé qué más

sábado, 6 de septiembre de 2008

ayer, "Hasta que me llames"

Ayer fue una función bella.

Con Ara nos sentimos brillar.

Mucha gente, gente querida y otros que creo que por primera vez se acercaban a ver un trabajo mío. Todos disfrutamos.

Mi patita se portó bien, aunque al final la pobre no daba más.

Estuvieron Ettore, Claribel, Moni Buscaglia, Rosario Zulbeldía, Stella Botto, Diana, Nora, Vicky... gente con quien quería compartir mi trabajo.

Ojalá que las tres funciones que quedan sean tan gratificantes como ésta.

Aparte salió la crítica de Crítica Teatral, muy hermosa.

Qué cosa el teatro. La función anterior, gris. Ésta, brillante.

Qué cosa el teatro. Por eso lo hacemos.

jueves, 4 de septiembre de 2008

vuelvo a leer lo que escribí...

pienso: Desdémona debe vivir a full porque sabe - su cuerpo, su piel, su alma - que va a morir? Por que sabe que todo es fugaz.

Liza gritando bajo el puente mientras pasa el tren.

palabras para Cassio

Por un camino camino caminito, van sus zapatitos.

Hacé el caminito correcto que el lobo te atrapa, dijo mamá al salir.

Por aquí... por allá... No; por acá... no; por... por...

Mechoncito que auxilia. Lentes que disfrazan. Siluetita que contornea la oscuridad.

Van sus zapatitos (pero solo, solito).

Cree que juega a la ronda pero sabe que no es ronda sino baile cuerpo a cuerpo. Cuando se termina la fiesta, vuelve solito a la cama.

Los zapatitos, se los saca solito.

¿La carterita? La cuelga solito.

En un alto del camino caminito, él te echó de tu puesto y estás triste. ¿Qué te enoja? ¿Qué te desampara? (la ronda no es ronda, Miguel; es baile de a dos y pueden bailar sin vos)

Honesto. Sincero. Puro corazón.

Todo en su lugar: el aro, la tiara... pero no tenés a nadie que te mire, decía mi Ágatha Dea en "Favila Sordes".

Por un camino camino caminito van sus zapatitos.

¿A dónde vas, Miguel, con tu traje de malaquita? ¿Para quién te plancharon en París?

Miguel: ellos existen sin vos.

palabras para Desdémona

Saltitos.

Cigarrillo. Necesito un cigarrillo.

Gritás, saltás, jugás.

Mordés, azuzás, llorás.

¿Por qué te hartaste de tu padre? ¿Por qué escapaste?

¿Qué es lo que en verdad amás del moro? ¿Qué es eso que vos pudiste descubrir en su semblante y nosotros no?

Juega a las palmaditas con Cassio.

Puta. Niña. Primera Dama.

¿Sabés que caíste en una trampa?

Ciega, ciega por ver tanto. Por querer comerte el mundo entero.

Salta, salta, baila, baila, canta, canta.

Aburrida. Disconforme. Insoportable. Querible. Repentina.

Extrema. Impredescible.

Acaricia el pañuelo. Coge con el pañuelo. Ata a su amado. Su amado ata y mata con su pañuelo.

¿Tu pañuelo debe estar siempre en el cuello? ¿No está allí dormido? ¿No debe estar inquieto?

Pedís tan mal una caricia. ¿Te duelen las caricias? ¿Te duele pedirlas?

Harta. Desesperada. Incontrolable.

Gritos. Risas. Llantos. Aullidos. Cuchicheos. Asma y pájaro.

Corre, Desdémona, corre. Que te matan.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

luego del ensayo de Otelo

Hoy fue un ensayo con controversias.

Controversias humanas. Controversias artísticas.

Las humanas, me duelen como siempre. Es un lugar de mi trabajo como director del cual me cuesta correrme y alivianar. No dejar pasar; pero sí tomarlas con más ligereza. Como algo normal en un espacio de trabajo. Lo que sucede que aquí uno trabaja con su cuerpo y sus emociones - actrices y director - y todos nos exponemos, cada cual desde su rol. Entonces las sensibilidades siempre están allí: durante, mientras, después, antes.

Las artísticas... Las chicas están con dudas. Se pierden. Hilvanan pedacitos como una colcha gigante sin saber bien quién es el destinatario de ese abrigo. Perdidas, siguen. Pero siento que no arden aún. También es mi ansiedad. Quiero que el fuego arda cuando aún se están buscando ramitas en el bosque.

Siempre me consideré un director atento y preocupado (no sería mejor ocupado?) por mi elenco y sus búsquedas actorales. Estoy desantento? Estoy desconsiderado? A veces yo también estoy perdido. Pero esta vez trato de permitírmelo, aunque lo padezca como un perro. Me lo permito porque creo que este proceso lo necesita. No necesita mis exactitudes sino mis incetidumbres.

Otelo habla de los excesos, de las perversiones, de los extremos, de la traición, del deseo, del goce doloroso, del siniestro infantilismo, de la locura. Del amor y de la muerte.

¿Cómo comulgar los excesos, las perversiones, los extremos, la, el, los, los.. de cinco teatristas?

¿Cómo para que sea auténtico y a la vez teatral? ¿Cómo conjugar dos cosas que de por sí son antitéticas? Sí, con verdad escénica.

Oh, divina verdad escénica, venid a mí.

il rittorno

Abro de nuevo mi bitácora.

Cinco días en Santa Fe. Cinco días en los que, sorprendentemente, escribía con mi pensamiento. Digo sorprendentemente porque me di cuenta que este espacio comenzó a cobrar sentido en el día a día.

Ya aparecerán algunas imágenes del vuelo santafesino. (cuando las baje de mi celu... cosa que me lleva su tiempo)

No intentaré reproducir tantos pensamientos escurridos en la bañadera mientras me bañaba. Tanta cabeza hablante mientras caminaba a solas por la casa de Rubén. Tanta obsesión oteliana.

Ayer martes, 07:40. Subo al colectivo que me traería de vuelta a esta ciudad.

Ver el cuerpo grandote y cansado de papi que se alejaba. Y con él, el de mi vieja, Clau, Franz y los chicos, mis amigos.

Recordé, sentí, reviví ese 8 de noviembre del 2004 en el que me tomaba el cole para dejar mi ciudad. Los nervios, la euforia, la incertidumbre, la decisión.

Recordé, para quizás volver a sentir, ese fuego que me llevó lejos de mi gente y mi ciudad.

Hay días en que los brazos se caen.

Hay días, hay lunes, en que uno recuerda porqué hay que mantenerlos en alto.

Lloré.

Lloré - como llora Edgardo, a medias - mientras las cortinitas rojas del colectivo dejaban ver retazos de Santa Fe.

Es raro ir a Santa Fe.

Es raro estar en Buenos Aires.

Es raro tratar que la llama no se apague.

Abro de nuevo mi bitácora y lloro. Como llora Edgardo. A medias.